Integración social del Autismo
Integración social, diversidad funcional, visibilidad, adaptación social y un largo etcétera de términos con mucha voluntad y pretensión. ¿En qué suelen quedar? En palabras. No es justo. La sociedad ha de interiorizar realmente que la diversidad es un hecho y que hay que hacer cosas al respecto. Hablo de actos. Esto ocurre en casi todas las patologías, trastornos y condiciones.
Centrándome en las mujeres dentro del Espectro Autista, voy a poner un ejemplo. Tras un larguísimo periplo hasta conocer su condición, esta mujer decide «salir del armario». Comparte con sus seres queridos, personas más cercanas y compañeros de trabajo su condición. La gente se puede mostrar compasiva, preocupada, interesada, etc. Pero me temo que esto queda aquí. No se hace nada a partir de ahí. Si no se realizan cambios, si la persona y su entorno no realizan cambios nada será distinto y por tanto su malestar y su ansiedad permanecerán intactos.
Con esto lo que quiero decir es que es responsabilidad de la persona, por supuesto, el hacer cambios pero también del entorno. El entorno ha de interesarse por las necesidades del otro y tratar de llegar a un punto intermedio. ¿Qué no es fácil? Por supuesto que no, pero no podemos pretender que la persona tenga que hacerlo todo sola, es necesario que el entorno se adapte.
Si hablamos realmente de integración, que así sea.