Las personas con autismo pueden tener una relación característica con la comida.
Por un lado está el tema de las hiper e hiposensibilidades sensoriales. Hay personas dentro del espectro que rechazan ciertas texturas, ciertos sabores, e incluso ciertas combinaciones de alimentos (prefiriendo comer por colores o por grupos de alimentos) en este último caso debido a la rigidez mental.
Por otro lado está el tema de la alimentación en relación al aspecto físico. En las mujeres dentro del espectro autista son frecuentes los TCA. Las razones por las que una persona desarrolla un TCA son variadas, pero una de ellas puede estar relacionada con la percepción de diferencia. En la sociedad actual una manera de encajar es a través de los cánones de belleza, por lo que en ocasiones las mujeres en el espectro se obsesionan con su aspecto físico con el objetivo de sentir que encajan más en una sociedad que no está hecha para ellas. Debido a las dificultades en la regulación emocional que presentan las personas autistas, los TCA también pueden cumplir la función de regulador emocional desadaptativo. Además, la alimentación y el aspecto físico pueden convertirse en un foco de interés, de modo que la mente se focaliza en ello. Esto genera un círculo vicioso ya que al ser un foco de interés aumenta las conductas típicas de los TCA y estas a su vez hacen que la obsesión aumente.
Por tanto, la alimentación es un tema importante a considerara en las personas con autismo.